Palomita cuando tenía 18 años, estaba pololeando. Un día se quedó a dormir en la casa de su palomo, porque vivía muy lejos, pero justo él se tuvo que ir al sur con su mamá. Así que se quedó sola en la casa con el suegro.
Un mes después, su palomo le dijo que ya sabía todo lo que había pasado, que su papá ya le había contado que se habían acostado.
En realidad sus suegros nunca la habían querido, así que al final el hombre logró separarlos.