Está casada pero todavía recuerda a un viejo amor, un pololo que tuvo cuando tenía 24 años. Estaba enamorada de él, pero la relación al final no resultó.
La palomita ama a su marido, pero igual a veces sueña con llamarlo y decirle lo que siente. Todavía piensa en él y sigue enamorada.