El estadounidense Mason Wells. de 19 años, vivió en carne propia el atentado del pasado 22 de marzo, ocurrido en Bélgica.
Mason, tras la explosión, quedó con quemaduras de segundo y tercer grado en distintas partes de su cuerpo, además de quebrarse el tendón de Aquiles. Pero finalmente está vivo.
Y no es el primer ataque terrorista al que ha sobrevivido, sino que ya lleva tres.
El primero fue el 2013 en la maratón de Bostón; mientras esperaba que su mamá, quien estaba compitiendo, llegara a la meta, detonó la explosión que dejó a tres muertos y 180 heridos.
El segundo lo vivió a finales del año pasado en París, que terminó con la vida de 130 personas y dejó a 352 heridos.
“Es un milagro que esté vivo” dijo el papá del joven, Chad Wells, a ABC “Es una bendición de Dios que esté vivo. Sólo agradece haber sobrevivido y nosotros estamos agradecidos”.