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La pena que vive Eduardo Fuentes

Junto a su pareja

Andrée Burgat junto a Eduardo Fuentes no lo están pasando muy bien, ya que ‘Lucas’, su perrito regalón, está en sus últimos días.

El 2016 llegó lleno de emociones para la pareja, ya que, pese a que no dan más de felicidad porque al fin serán padres, esta pena no los deja indiferentes.

Según el animador, quien publicó en su cuenta de Facebook, su labrador, de 10 años de edad, está viviendo un momento muy complicado, asegurando que le queda muy poco tiempo de vida.

Es tanto el vínculo que tiene el conductor con su mascota, que él lo llama “hijo amado”. Aquí les dejamos la emotiva publicación:

«Mi hijo amado. Mi Lucas Bart. Gran amigo, compañero, fiel, inseparable. El que me sacaba de la depresión con su nariz fría en los peores días. Esos días solos. Esos días con el pasto largo y las cortinas cerradas. El que llegó siendo un pequeñito de guatita rosada. El que se embarraba entero. El que me hacía poner rojo. El que casi me obliga a agarrarme combos cuando un pelotudo lo golpeó. El paciente. El noble. El campeón del nado en la laguna. El que venció a la muerte le decía Clara. El de las orejitas suaves. El amigo de tantos. El que pedía cariños. El que cabalgaba como un caballito. El guardián fiero, pero juguetón. El que pone carita de leso. El incansable. El campeón. El perrito sin igual. El que miraba los arcoiris. El fotogénico. El que me recibía con amor descarado. El torpe. El que cedía su canil para perritos abandonados. El amante de las galletitas. El que obligó a hacer el jardín de nuevo. El que coleccionaba balones. El que los ordenaba en el patio. El que siempre amaremos.
El que se sentaba a meditar.

Tengo la fortuna de ser tu padre durante ya diez años, formamos una dupla estupenda y un equipo genial con tu hermana Clara y tú mamá Andrée. ¡Cuanto te amamos!
Hoy enfrentamos contigo esta enfermedad que de a poco te ira apagando, pero no por eso dejarás de estar en nuestros corazones hasta que el último aliento deje nuestros cuerpos. Estarás disfrutando amado Lucas, cuando llegue ese gris instante, en el panteón de nuestros perros fabulosos con Tell, Érica, Tifón, Kuki y tantos más que vinieron a este mundo a regalar amor. Y cumplieron su cometido con creces. Siempre serás todo esto que he descrito y más.

Te amo hijo mío. Gracias por dejarte amar, por dejarte cuidar, por elegirnos, por perdonarnos, por cuidarnos. Especialmente gracias por regalarme esta tarde este momento de la foto, para almacenarlo, para memorizarlo, para nunca más olvidar que fuimos lo mejor. Y me recibirás algún día otra vez moviendo la cola con amor».

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