En la vida real tiene dos hijas, pero siempre soñaba que tenía dos hijos, que no conocía y que le decían que los conocería cuando ellos crecieran. Sin expectativas y un poco incrédula, lo tomaba como un simple sueño.
Después de un par de años, mientras ella rezaba, vio en su ventana cómo el cielo comenzó a cambiar de color a rojo, rosado y amarillo. Como le llamó la atención, se paró a mirar y en un abrir y cerrar de ojos, ella estaba adentro de una nave, con gente muy alta y muy guapa, que le dicen «ahora irás a conocer a tus hijos»
Al llegar al otro lugar, nos comienza a contar detalles, pero finalmente la llamada extrañamente se corta.