Falta poco para que el programa «La Mañana de Pablo Aguilera» cumpla 30 años al aire, y aunque siempre es Pablo Aguilera quien escucha historias de sus auditores, él también tiene mucho que contar sobre su vida, especialmente tras años trabajando tras el micrófono.
-¿Cómo recuerda la génesis de «La mañana de Pablo Aguilera»?
Yo hacía un programa muy similar en radio Cien, con los auditores al aire contándome cosas, y me llegó la oferta de la FM, que entonces era muy empaquetada. Lo curioso es que todo sigue más o menos igual: yo no hago una preproducción, las historias de la gente suelen ser tan interesantes que eso pautea y nos da el punto de partida.
Estuvimos diez años sin competencia hasta que apareció la radio Rock & Pop con el Rumpy que, a nivel juvenil, rompió esquemas con algo bien parecido a lo nuestro.
-¿Es cierto que de repente sube el cerro San Cristóbal en bicicleta?
Aunque no lo creas, subo en bicicleta todos los domingos, hasta el día de hoy. Lo hago escuchando a Sinatra y otra música orquestada. Encuentro maravilloso a Michael Bublé o a Rod Stewart que tiene cinco álbumes de swing fabulosos. Es la magia de la voz con orquesta.
-Las auditoras recurren a usted para contar sus infidencias pero usted nunca habló mucho de su vida personal ¿Quién es su confidente?
Es cierto que no hablo de mi vida privada, por mis hijos. Y creo que eso es lo que le gusta a la gente, que uno se dedique a prestar la oreja. Así, además, he descubierto que las mujeres son mucho más inteligentes y valientes que nosotros, manejan mejor todas las situaciones: la casa, los hijos, la plata. Pero hay algo en lo que fallan: cuando se enamoran. ¿Cómo soportan eso de que el gallo les pega, que las engaña? Es que estoy enamorada.
Si quiere leer la entrevista completa que le hicieron en La Hora, acá tienes el link para que la puedas revisar:
Pablo Aguilera, la voz sin edad – La Hora
Hacia fines de noviembre, el programa radial La mañana de Pablo Aguilera cumple 30 años. Pero son muchos más los que este hombre lleva tras el micrófono. Acá, una parte de su historia. Pablo Aguilera en su casa, comiendo con una copa de vino y Frank Sinatra de fondo.