Los cantos, gritos y llantos que se escuchan en una de las iglesias evangélicas de Chillán colmaron la paciencia de uno de los vecinos. Es por esto que recurrió a la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) para hacer una denuncia por los ruidos.
Según el Diario Crónica de Chillán, la Seremi de Salud realizó las mediciones acústicas, y los niveles de ruido sobrepasaban en un 30% lo permitido por el plan regulador para esa zona habitacional.
Ante eso, la División de Sanción y Cumplimiento de SMA abrió un expediente sancionatorio contra el pastor y representante del templo, Patricio Ferrada, quien deberá presentar sus descargos.
«Aunque nunca he tenido problemas en estos cuatro años que ha funcionado la iglesia, he decidido trasladarla a otro sector lo que esperamos llevar a efecto a fin de año», confesó Ferrada.
Sin embargo y por la ilegalidad del caso, la iglesia arriesga hasta 570 millones de pesos de multa.