En buena parte del mundo dejar propina es obligatorio. Como por ejemplo en Suiza, donde hasta la misma máquina para efectuar el pago con tarjeta trae una opción del importe de más que se quiere dar al garzón. Este botón, precisamente, es el que le jugó una mala pasada a Olesja Schemjakowa, una mujer de 37 años que acudió con su hijo a la cafetería New Point, en Dietikon, cerca de Zúrich.
Los turistas consumieron café y un pastel, por un monto de 23,70 francos suizos, algo así como 23 dólares. Schemjakowa pagó con tarjeta, pero no prestó atención a lo que decía la pantalla de la máquina. Cuando le preguntó qué propina deseaba dejar, la mujer tecleó el PIN de cuatro números de su tarjeta de crédito. Exactamente 7709, que se consideró como una propina en francos suizos por esa suma, unos 7.600 dólares.
La mujer -de nacionalidad rusa y residente en la localidad francesa de Mulhouse- no se dio cuenta de su error hasta que le llegó la factura del banco. En la entidad le dijeron que no podían hacer nada porque no se trataba de un fraude. Las mismas explicaciones le dio la policía suiza, a la que también acudió.
Solo le quedaba hablar con el dueño de la cafetería, que le aseguró que le devolvería la cantidad de la propina, «aunque nunca lo hizo», aseguró la mujer, recoge El Periódico.
«No puedo creer que el dueño del restaurante se quede el dinero y que no pueda hacer nada al respecto. ¡Es muy injusto!», se lamentó la afectada.
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