Cuando estaba a punto de casarse, conoció a otro joven que también estaba comprometido. Y aunque él le propuso que tuvieran una aventura, ella no aceptó.
Ambos se casaron con sus respectivas parejas y no se vieron nunca más. Pero 20 años después se reencontraron en un cumpleaños ya que tienen un amigo en común.
Durante la fiesta, conversaron con tranquilidad y cuando se despidieron, él le pasó un papel con su número. La duda de ella, es si debería llamarlo o no.
¿Debería llamarlo? ¿Qué harías en su lugar? Escucha esta historia de «La Mañana de Pablo Aguilera»: