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Chile es el país donde menos se les paga a las mujeres con mayor nivel educativo

Chile es el país donde menos se les paga a las mujeres con mayor nivel educativo

La brecha salarial entre mujeres y hombres es sabida. Esto lo corrobora un estudio realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el cual menciona que a mayor nivel de estudios de una mujer, peores son las remuneraciones que recibe, en comparación con los hombres.

Así como en el resto de la región, en Chile se observa que la mayor brecha salarial se da para las mujeres con mayor nivel educativo. En 2017, entre quienes tienen 13 años y más de educación, la brecha es de un 21,2% respecto al salario de los hombres, y entre quienes tienen hasta 5 años de nivel de instrucción la brecha disminuye al 6,9”, comentó la secretaria general de la Cepal, Alicia Bárcena.

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Esto sería por la baja participación de las mujeres en el mundo laboral, la concentración en sectores de menor productividad o el acceso a empleos informales o de menor calidad. Además, muchas veces deben interrumpir su trabajo para dedicarse a labores domésticas. En Chile, las encuestas del uso del tiempo revelaron que las mujeres “dedican 42,1 horas semanales al trabajo no remunerado, frente a las 19 en el caso de los hombres”, menciona Bárcena.

En cuanto a las horas de trabajo remunerado, las mujeres dedican 19,8 horas, mientras que los hombres 34,6.  Según la secretaria general de la Cepal, “43,4% de las mujeres de entre 20 y 59 años identifican razones familiares (como el embarazo, el cuidado de los niños o el trabajo doméstico entre otros) como motivo principal para no buscar activamente o desempeñar un trabajo remunerado”.

En conclusión, las mujeres trabajan en promedio 8,6 horas más que los hombres, contando trabajo remunerado y no, pero esto último no se ve reflejado en el sueldo. Tampoco se considera para la toma de decisiones debido a su invisibilización.

Pero, ¿qué se puede hacer para revertir esta situación? Un “reconocimiento efectivo del aporte que realizan las mujeres a las economías nacionales” y “políticas transformadoras que permitan la reducción y una distribución de este trabajo entre mujeres y hombres”, indicó Bárcena.

“En este sentido, la igualdad de género, lejos de ser un objetivo antagónico al crecimiento económico, es un requisito para garantizar su eficiencia. Por esto, es importante que las políticas macroeconómicas (…) permitan construir un nuevo modelo en el que la apropiación de los beneficios derivados del crecimiento económico sea más equitativa para todos los actores productivos”, finalizó.

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