La muerte de un familiar siempre es dolorosa y el duelo puede durar varios años o incluso toda la vida. Sin embargo, lo que no se sabía era que la muerte de un amigo cercano puede provocar un dolor tan o más intenso.
Así lo señala una investigación de la Universidad de Stirling y la Universidad Nacional Australiana, donde se estudió por 14 años a un grupo de personas que habían perdido a un amigo cercano.
Según el estudio, la muerte de un amigo cercano puede ser devastador y sus efectos se prolongan en el tiempo afectando el bienestar físico, psicológico y emocional, tal como si se tratara de un familiar directo como un padre o hermano.
«Gran parte de la investigación anterior sobre el duelo se ha centrado en la muerte de un familiar inmediato. Todos sabemos que cuando muere un compañero sentimental, un hijo o un padre, es probable que la persona en duelo se aflija y se sienta peor por algún tiempo después. Sin embargo, la muerte de un amigo no se toma con la misma seriedad», dice Liz Forbat, uno de los autores de la investigación.
El estudio también vio que el duelo de las mujeres suelen ser más intensos que el de los hombres, por lo que se notaba una disminución más acentuada de la vitalidad y un deterioro significativo en la salud mental.