Este jueves el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg y el subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, anunciaron la propuesta de 41 horas de trabajo semanales y suma urgencia al proyecto de adaptabilidad laboral que está en el Senado.
Así, desde el gobierno, se propone sumarle una hora más a la idea que impulsó la diputada del Partido Comunista Camila Vallejo de una jornada laboral con 40 horas semanales.
Junto con esto, el ministro apoyó lo señalado por el presidente Sebastián Piñera, quien más temprano apuntó a que la propuesta opositora es inconstitucional.
“Todos sabemos que, históricamente, las rebajas de jornada son iniciativas exclusivas del Presidente de la República, y por lo tanto no puede cualquier parlamentario, independiente de que sector político sea, arrogarse dicha atribución que por Constitución le pertenece al poder ejecutivo”, subrayó.
Además, cuestionó que “el proyecto que se tramita en la Cámara de Diputados, cuyos autores son el Partido Comunista, rebaja la jornada, pero mantiene todas las rigideces actuales, y finalmente termina siendo la ley y el Estado el que determina en qué trabajar, cómo trabajar y cuántas horas trabajar”.
Monckeberg explicó que, junto con las jornadas flexibles que mantienen la cantidad de horas actuales, incluirán una indicación para una modalidad de jornada semanal de 41 horas, pero que se aplicará por partes, de forma gradual.
“La jornada de 180 horas mensuales significa una jornada promedio de 41 horas a la semana, y ahora estamos agregando una jornada ordinaria nueva, distinta a la actual. Y esa jornada ordinaria nueva, que que reemplaza a la actual, establece 41 horas promedio. ¿Y eso qué va a permitir? Que una empresa pueda, acordadamente con el trabajador, disponer que ciertos días que se requiere por ejemplo mayor intensidad en el trabajo, pueda trabajar más horas que al día siguiente, cuando hay menos demanda de trabajo, pueda descansar y trabajar menos horas, y eso que no merme su remuneración”, señaló.