A más de una semana del violento ataque que protagonizó Nano Calderón contra su papá , el abogado Hernán Calderón Salinas, Raquel Argandoña continúa sosteniendo que su hijo «solo intentó dar una lección» y no debe ir a la cárcel, sino que mantenerse en la clínica psiquiátrica donde pasa parte de su prisión preventiva.
En entrevista con La Tercera, la panelista de «Bienvenidos» entregó más detalles sobre la vida de sus hijos y la relación con su ex pareja. «Quiero creer que no me equivoqué al elegir al papá de mis hijos, pero lo que está haciendo Hernán Calderón no lo hace ningún padre en el mundo: querer secar a un hijo en la cárcel. Porque él sabe perfectamente que mi hijo nunca fue con la intención de asesinarlo. Él sabe».
Junto a esto, Argandoña comentó cómo se enteró del ataque que recibió Hernán Calderón: «Mi hijo llega a la casa… Yo le digo “qué hiciste, hijo, qué hiciste”. Me cuenta, se queda unos minutos y se va. “Tengo que irme”, me dice. Yo le digo “¿adónde vas? Quédate aquí. Lo resolveremos como familia”. Él estaba muy asustado. Me dijo “tengo que salir, tengo que salir”. No lo vi más», narró la animadora. Sin embargo, Nano Calderón tampoco le dio más detalles de lo que había pasado con su papá. «Solo que “peleamos, que el papá llamó a Carabineros y tengo que irme”. Eso, nada más».
Sobre otros hechos de violencia, Raquel Argandoña dijo que no había sabido de otros casos. Mientras que de su relación con Kel, no quiso dar más detalles. «Discúlpenme, pero yo no voy a hablar mal de mi hija Kel. Sé que ella está muy cercana a Hernán ahora. Y me alegro, porque así lo cuida, lo apoya, le da contención. Pero yo soy mamá de dos hijos y siempre los voy a apoyar a ambos», aseguró.
La animadora, durante la entrevista también hizo un mea culpa sobre su rol como mamá. «Cuando yo fui alcaldesa, yo tenía que vivir en Pelarco. Mis hijos vivían en Santiago, a cargo de la nana, la persona que los crió».
Sobre los límites que podrían haber tenido sus hijos, Raquel Argandoña fue enfática en decir que «Nosotros pensábamos que éramos padres perfectos, que lo estábamos haciendo de maravilla. Nunca nadie nos dijo lo contrario».
También habló sobre el peso que tienen sus hijos debido a la fama de ella. «Si me preguntas qué desearía en este momento, diría que ya no quisiera llamarme Raquel Argandoña, porque mi hijo está pagando por ser hijo de Raquel Argandoña. Es un peso muy grande ser mi hijo en este momento, es una carga. Es una maldición llamarme como me llamo», dijo.
«¿Tú crees que si yo me llamara Juana Salas los canales de televisión habrían hecho esta carnicería? ¿A quién le habría importado? Habría sido un caso más de violencia intrafamiliar. ¿Por qué tiene tanta publicidad? Porque es mi hijo, por eso estamos hace días en todos los canales», dijo la animadora.
Ante la posibilidad de privilegios al estar en una clínica psiquiátrica y no en una cárcel, Argandoña pidió que «esos que hablan averigüen bien cómo está mi hijo hoy día, y que me digan si eso es un privilegio, él no está en una clínica VIP», afirmando que «Gendarmería no sale de la habitación y lo tenían engrillado de pies y manos. No lo soltaban ni para ducharse ni para comer. Mi hijo no puede salir de la habitación, que es de 2×2. Eso no nos pareció humano».
Argandoña expresó que no ha cambiado de parecer sobre su opinión acerca de quienes cometen delitos. «Creo lo mismo respecto de los delitos, pero cuando se trata de un enfermo pienso que es distinto», dijo y añadió que «Yo sigo pensando que para los violadores hay que tener mano dura, para los criminales mano dura, pero aquí no hubo una intención de asesinar a nadie, solamente de dar una lección. No estamos frente a un asesino. Doy la vida de mi madre y la mía, mi hijo no es un asesino».