Por Valentina Tapia
Desde que comenzó la pandemia hace casi ya un año, muchos han buscado distintas formas de distraerse durante el encierro. Algunos prefirieron leer, o ver películas, y otros decidieron aprender a cocinar cosas nuevas. A partir de ese momento fue que las redes sociales se llenaron de recetas de pan amasado, dulces, postres, entre muchas otras preparaciones más.
La ‘Encuesta de Consumo de alimentos y ansiedad durante la cuarentena por Covid-19 en Iberoamérica’, realizada a más de 12 mil personas de 11 países distintos, dejó en evidencia que el 38,5% de las personas asume haber subido de peso durante el confinamiento.
Sin embargo, de un total de 1.722 chilenos encuestados, un 44% (767) dijo haber aumentado su peso, mientras que el 41,8% (721) lo mantuvo y el 13,7% (237) lo disminuyó.
Según la investigación, quienes subieron de peso habrían sido aquellos que consumieron más porciones de frituras y pastelería casera a la semana. Lo que iría de la mano con un aumento en los niveles de ansiedad que el encierro ha provocado.
«Las personas están más ansiosas, por lo tanto, comen más frituras y dulces porque son alimentos más placenteros sensorialmente y que dan mayor satisfacción», explica Leslie Landaeta, nutricionista y doctora en Biomedicina.
Cabe destacar que entre los países encuestados, Chile tiene la peor calidad de alimentación, con menos consumo de frutas y verduras, y el más alto en alcohol.
¿Y qué podemos hacer para mejorar la calidad de nuestra dieta?
Según la nutricionista, lo ideal es mantener la fruta lavada y picada lista para comer sobre la mesa, al igual que frutos secos. Y, a su vez, planificar lo que se comprará en el supermercado, y así evitar adquirir galletas, chocolates y productos que se usan en preparaciones de dulces caseros.