No es novedad el difícil trabajo que han tenido que enfrentar los funcionarios de la de salud durante esta pandemia. Pero si te contáramos que, además de los largos turnos y el riesgo de contagio constante, deben literalmente mojarse los pies con aguas extremadamente frías para ayudar a las personas. ¿Te sorprenderías?
Porque esa es la realidad de los funcionarios de la salud de Purranque en la región de Los Lagos. Los que deben cruzar el río a pie y descalzos, con temperaturas que llegan a los cero grados, para llevar vacunas contra el Covid-19 a los sectores más apartados de la zona.
Así lo informó Meganoticias en un reportaje especial, donde acompañaron a trabajadores del Cesfam de Purranque a un extenso día de trabajo, que lamentablemente no tiene un resultado muy exitoso.
Al inicio de la nota podemos ver un video grabado con anterioridad de Marco, un técnico en Enfermería (TENS), junto a una alumna interna de Enfermería que están en medio de un río, mojados hasta la cintura. De un momento a otro, el TENs cae y termina empapado.
Eso ocurrió mientras cruzaban el río para llevar vacunas a los sectores más alejados.
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Solo consiguieron una vacunación
Ivonne, enfermera de Purranque y Marco, el TENS, se dirigen al sector de Manquemapu, donde vive una comunidad mapuche huilliche, para concretar el plan de vacunación.
«Hay que caminar mucho, hay que subir cerro, hay que cruzar ríos para llegar a la gente, y eso en general la población no lo conoce», dice Soledad Martino, directora Cesfam Purranque.
No es menor, ya que según se relata en el reportaje de Meganoticias, son tres horas de viaje, las que después incluyen continuar un trayecto a pie y cruzar el río.
«Así se trabaja en rural», dice alguien del equipo en el reportaje.
Al cruzar el río, llegan al lugar donde vive la única familia que se ubica en ese sector. De todos los integrantes de la familia con edad para vacunarse, sólo uno de ellos aceptó.
Al preguntarles la razón de por qué no quería vacunarse antes, el hombre respondió que por miedo.
«De repente uno escucha tanta noticia, cree una, cree otra, al final no..», dijo el inoculado.
Cambio de ruta
Luego de vacunar únicamente a una persona, las profesionales deben regresar y cruzar el río.
Ivonne y Olga Moraga, paramédico de la Estación Rural de Manquemapu, cruzan el río con vacunas para la influenza pero, también van preparadas por si los pacientes optan por la del coronavirus primero.
La verdad es que no. El plan sería inocular al 100% de su sector, donde se han registrado diversos brotes de Covid-19. Sin embargo, la población se niega a recibirla.
Un caso que se ve en el reportaje es el de la señora Francisca, que debe recibir la vacuna de la influenza. Al ofrecerle la opción de inocularse contra el coronavirus su respuesta es negativa.
«Más después puede ser, la influenza nomás», responde.
El equipo le pregunta cuál es la razón del rechazo a la vacuna contra el covid-19, a lo que la mujer responde: «yo he escuchado que ahí le colocan el virus».
¿Por qué la de la Influenza sí y la del Covid-19 no?
La señora Francisca responde que le han dicho que el virus de la influenza era «más terrible», por lo que era necesario inocularse.
Ella y su vecino Dago, que también recibió la vacuna de la influenza, estuvieron contagiados de Covid-19.
«Le tengo respeto, dicen que da de nuevo el virus», respondió al preguntarle por qué se negó a la vacuna del coronavirus.
Olga se emocionó al relatar lo difícil que ha sido convencer a la gente de la zona para que acceda a la vacuna. Relató la triste perdida de un adulto mayor de 84 años que falleció producto del Ccovid, al punto que se le quebró la voz.
En el reportaje mencionan que, pese al esfuerzo de los funcionarios de la salud, de los 120 habitantes que deberían estar vacunados en el sector, sólo 20 lo están, en gran parte por la negativa de estos mismos.