Este fin de semana, los ciudadanos chilenos han tenido la oportunidad de ejercer su derecho a voto. Hombres y mujeres han podido asistir con su cédula de identidad a elegir quienes tomarán los puestos de alcalde, concejal, gobernador y constituyente de su zona.
Dentro de los cuatro cargos por lo que estamos votando, se está considerado lo que respecta a la paridad de género, como lo es el caso de los Convencionales Constituyentes, donde se buscó la participación equilibrada tanto de hombres, como de mujeres.
Sin embargo, esos espacios para las mujeres, no siempre estuvieron disponibles. Por lo mismo, es un buen momento para recordar la importancia del voto femenino y lo difícil que fue conseguirlo.
Si nos vamos al principio, podemos mencionar que el primer país en recibir el voto femenino fue Nueva Zelanda. La activista Kate Sheppard fue una de las mujeres que tuvo un activo rol en el movimiento por el sufragio femenino de su país y hoy, se conmemora su lucha con su imagen en los billetes de 10 dólares neozelandeses.
Según relata LOS40, la mujer comenzó a involucrarse en la actividad política, y dentro de todas sus luchas, presentó proyectos de ley que permitían a las mujeres el sufragio. Además de presentar petitorios al parlamento de su país.
En 1893, logró más de 32 mil firmas por la causa. La petición fue finalmente aprobada y en septiembre de ese año se convirtió en ley.
El voto femenino en Chile
Tuvieron que pasar muchos años para que Chile consiguiera algo así. El debate sobre el voto femenino en nuestro país, se extiende por varios años, desde 1920. En ese momento, hubo una fuerte oposición, tanto de los partidos anticlericales, como los de izquierda. La razón era la tendencia conservadora del electorado femenino, así se explica en la web de Memoria Chilena.
Y aunque se discutiese por tanto tiempo, recién en 1934 se aprobó el voto femenino para las elecciones municipales. Sin embargo, las mujeres quedaban exentas de votar en las presidenciales.
Elena Caffarena, fue una de las mujeres que luchó por un cambio para alcanzar la equidad en el derecho a voto. La mujer formó variadas organizaciones como la Asociación de Mujeres Universitarias y fundó el Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena.
Tendría que pasar un poco más de una década para que en 1949 se otorgara el derecho a voto a las mujeres para las elecciones presidenciales y parlamentarias.
Siendo en 1952 la primera vez que las mujeres pudieron elegir un presidente. Ese año fue electo Carlos Ibáñez de Campo. Sin duda un hecho histórico que muchas mujeres atesoran en sus recuerdos.
Fue un largo camino, donde a medida que fue aumentando la participación en los procesos electores, finalmente se llegó a una paridad con los votos masculinos en 1970.