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El destacado actor nacional, Jorge Zabaleta, comentó los detalles del inédito momento en que su padre, el músico Antonio Zabaleta, casi se va a los combos con el mismísimo Julio Iglesias, luego de que este se pusiera coqueto con su madre.
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Todo esto se dio a conocer en el programa virtual «Cuento Corto», el cual ánima en compañía de nuestro locutor Francisco Saavedra. Los comunicadores comenzaron a revisar memes de Julio Iglesias, que se han convertido ya en toda una tradición invernal del pasado mes de julio.
Fue en ese contexto que Zabaleta miró una de las imágenes y afirmó: «Esa silla que sale en el disco ‘El Amor’ que tienes ahí estuvo en mi casa. Sí señor, esa silla de Julio Iglesias estuvo en mi casa. Esta historia es impresionante».
Antonio Zabaleta se picó con Julio Iglesias
El padre de Zabaleta y Julio Iglesias se conocieron en 1969 en medio del debut de Iglesias sobre el escenario del popular festival de Viña Del Mar, sin embargo, el anecdótico momento sucedió seis años más tarde.
«Después vuelve el año 74 y coincide que mi viejo también la rompió y justo llega Julio Iglesias convertido en un astro. Al año 75 se vuelven a juntar», explicó el actor.
De acuerdo a su relato, Antonio Zabaleta invitó al interprete «De Niña a Mujer» a cenar a su casa, donde Iglesias compartió con la familia del músico nacional e, incluso, improvisaron un concierto entre ambos. Aquí es donde quedo la tendalada.
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El artista ibérico cantó parte de sus éxitos frente a la dueña de casa, la madre de Jorge. Fue eso lo que generó la molestia de Antonio: «Mi viejo agarra la guitarra, tira una silla y dice ‘paren se acabó la fiesta’”, aseguró.
Según el padre del actor, Julio Iglesias habría estado mirando a su esposa mientras cantaba, por lo que le pidió que se retirara de su domicilio. «Llega mi viejo y echa cagan…? a Julio Iglesias”, contó ante la incredulidad de Saavedra.
Finalmente, Jorge Zabaleta contó que a los ocho meses el español envió una carta para disculparse, asegurando que se «pasó de copas».
Y como Julio es un caballero, también aprovechó de enviar una silla de regalo, que es la misma que aparece en la portada del mencionado disco. Sin embargo Zabaleta confesó que la historia no tuvo un buen final, ya que las termitas se devoraron la silla.