En un nuevo capítulo de Los 5 mandamientos, emitido este lunes, el actor nacional Bastián Bodenhöfer contó lo difícil que fue su infancia en otro país.
Dos reconocidos actores se reunieron a conversar el día de ayer en el programa «Los 5 mandamientos», para cantar, bailar y relajarse junto a Martín Cárcamo.
Nos referimos a Bastián Bodenhöfer y Elena Muñoz, quienes partieron explicando que son amigos muy cercanos ya que se conocieron como compañeros de la escuela de Teatro de la Universidad Católica.
En la entrevista, Elena comentó la primera impresión que tuvo de Bastián Bodenhöfer: “Él era guapo guapo guapo, súper talentoso porque tocaba saxo, se vestía choro, porque venía de Europa. Pero igual era tímido”.
Por otro lado, Bastián dijo sobre su amiga Elena que «la Nena era como la exótica matea. Como que se diferenciaba del resto. Muy simpática, siempre muy alegre”.
La infancia de Bastián Bodenhöfer
Pero uno de los momentos que se robó la noche fue cuando Bastián habló de lo complejo de su infancia, pues se crio en Francia, donde llegó a vivir a los 8 años en 1969.
“Llego con mi mamá, Leni Alexander, una gran compositora de música contemporánea que se ganó una beca importante, la Guggenheim, y decidimos quedarnos a vivir allá”, confesó.
Además, Bastián Bodenhöfer se refirió al trauma que le significó la forma de educar en Francia, basada en la violencia física.
“Me puso en una escuelita en el primer barrio donde vivimos en París. Esto era en plena enseñanza victoriana, que existía aún en Francia. El primer día estábamos en el recreo antes de volver a clases, yo me sentía perdido, no hablaba francés, y me hice altiro amigo de un hijo de portugueses”, partió relatando el actor.
Y continuó: «Entonces mientras subíamos a clases nos tomamos la mano para apoyarnos el uno con el otro. Entramos y el profesor nos dice ‘Es absolutamente imposible, no pueden tomarse de la mano’. Y andaba con un estuche como de flauta, lo abre y eran tres varillas. ‘Elige una varilla’, me dice, había una más delgadita, una mediana y una gruesa. Yo elijo la delgadita, y los compañeros se ríen. ‘Pon las manos así’, me dijo, y ¡Paf, Paf, Paf!, a mi compañero también. Las torturas en esa época eran impresionantes», confesó Bastián Bodenhöfer en Los 5 Mandamientos.
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