La pasión de Catalina García por la lucha libre comenzó con un videojuego, pero con el pasar del tiempo se convirtió en su trabajo. Con solo 9 años, la joven chilena empezó a imaginarse siendo parte de la WWE.
En conversación con Las Últimas Noticias, Katrina Cortez (su nombre de luchadora) contó que desde muy pequeña empezó a practicar. “A los 12 años me convertí en luchadora, me inscribí en la escuela Revolución Lucha Libre y en 2018, la WWE vino a hacer un casting para latinoamericanos en Chile”.
Con solo 18 años, Catalina se robó las miradas de los reclutadores. “Eran cuatro días de prueba y en el primero me dijeron que me querían llevar, que estaba contratada”.
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Luego del casting, debió esperar siete meses mientras se tramitaba su visa de trabajo. En ese periodo aprovechó de convencer a sus padres de dejar sus estudios universitarios de Kinesiología, para dedicarse por completo a la lucha.
La joven chilena que dejó todo por estar en la WWE
Pasado el tiempo, Catalina García se fue a vivir sola a Estados Unidos, en Orlando, donde la empresa le entregó un auto y un departamento.
“En la WWE fui parte de la división NXT, RAW, y 205 Live. La máscara fue cuando me subieron a rostro principal”, cuenta la luchadora. “Es como una teleserie, va todo guiado a través de los escritores. Ellos te dicen qué tienes que hacer”.
En su paso por norteamérica, Catalina García conoció a los grandes rostros de las luchas, “Triple H fue mi jefe, por lo que la relación fue totalmente distinta, más cercana. Pude hablar hasta de la vida privada con él”.
Los otros luchadores famosos con los que pudo compartir, le daban consejos a la chilena. “Nos decían que los fanáticos eran locos, que así como nos amaban, nos iban a odiar”, comenta Catalina García.
La luchadora destaca que los fanáticos siempre le mostraron su apoyo. Fue tanto el cariño del público que llegaron a causarle un gran dolor de cabeza, ya que debió mudarse porque la seguían a su casa.