Anita Alvarado suele sorprender con sus anécdotas y experiencias, pero la confesión que hizo en “La Divina Comida” no dejó indiferente a nadie.
El capítulo fue transmitido en junio del 2019, donde la geisha chilena compartió con Andrés Longton, Karin Yanin y Roberto Vander. Anita Alvarado se emocionó contando una de las experiencias más duras de su vida.
Con una bebé con complicaciones médicas y sin dinero, Anita se puso a buscar trabajos aquí en Chile. Luego de pasar por varios lugares, Anita Alvarado fue invitada a compartir con un grupo de mujeres japonesas, quienes le presentaron a un hombre que le preguntó si quería ir a Japón, a lo que ella contestó que sí.
En un par de días le tuvieron lista su visa, y lo dejó todo para irse a Japón. “Yo sabía que nunca más mi hija ni mi familia iban a ser pobres”, relató Anita.
Las experiencias de Anita Alvarado en Japón
Luego de su llegada al país asiatico, le comentaron qué tendría que hacer. “El primer trabajo que tuve fue sexo en vivo. Eran 500 hue… mirando. Entre 300 y 500. Te bajas del avión y no te queda otra opción. Ellos son tus dueños, yo le pertenecía a ellos”, afirmó.
La geisha no lo pasó nada bien en sus primeros años en Japón, ya que tenía una gran deuda con quienes la habían llevado. “Por el hecho de haberme llevado yo tenía que pagar, en esos años, 12 millones 500. Uno se demoraba tres años en pagar la deuda. Y tú te las arreglabas, entre show y show te buscabas a tus clientes. Teníamos un departamento para 37 mujeres”, comenta la geisha chilena.
El matrimonio de la geisha con un japonés
En el programa, Anita Alvarado también contó la historia con su esposo japonés. “Era invierno y no tenía plata para medias. Tenía un vestido súper ajustado y unos zapatos con tacos. Tenía frío. Y no tenía plata para medias”, aseguró.
Continuó su relato diciendo:“la Yuki Chan me dice ‘Bruchi’, yo me llamaba ‘Bruchi’, me dice: parte a esa mesa, ahí hay dinero. Le dije: no me voy a acercar. Y me dice, ¿quieres o no quieres que tus hijos estén bien?. Y fue como un palmetazo en el pecho y me fui a sentar. Le dije, esto sale la hora y me dijo, no hay problema con el dinero”.
A pesar de que a Anita Alvarado no le gustaba ese hombre, la trataba bien, por lo que tomó la decisión de casarse con él en el año 1997.