La relación que mantuvo la emprendedora Anita Alvarado con el empresario japonés Yuji Chida no estuvo exenta de polémicas.
Cabe recordar que la geisha chilena incluso se vio obligada a volver al país por los problemas judiciales que tuvo el que fue en ese entonces su esposo.
Sin embargo muchas personas se preguntaron en su momento cómo es que Anita Alvarado conoció a Yuji Chida, según detallo la mujer de 49 años, lo que flechó al empresario fue su actitud y esencia latina.
«Nuestra personalidad. Somos caprichosas, orgullosas y peleadoras. Ellos no están acostumbrados al escándalo y eso los vuelve locos. Ganábamos de tres a cuatro millones de pesos», confesó Anita Alvarado.
«Ellos están acostumbrados a la japonesa fría, bien tapada, muy seriecita (…) Yo tenía una compañera que tenía un novio japonés que andaba baboso por su trasero (…) Un día ella le pidió un abrigo de piel largo, y como le trajo uno corto se lo tiró por la ventana, hasta que al día siguiente le trajo lo que le había pedido. Todos eran así. Babeaban y cuál de ellos te regala más cosas», detalló la geisha en una entrevista para La Tercera.
«Ni siquiera te puedo dar un número, porque no eran novios estables. Claro que no me acostaba con ninguno. Si ellos te pedían ser tu novio, tú les decías que sí y punto. Así se quedaban felices y dejaban de molestarte», afirmó la emprendedora.
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Anita Alvarado y su relación con Yuji Chida
La geisha chilena comentó que conoció al japonés sin ninguna intención de mantener un lazo con él, ni siquiera le generaba un poco de atracción. Pero debido a que en su turno de trabajo en donde ofrecía sus servicios no habían más colegas, tuvo que ceder.
«Yo dije que no quería, me caía mal, pésimo, pero como no había quién lo atendiera, tuve que hacerlo. Al rato, dándoselas de macho, me invitó a comer (…) Al día siguiente me invitó al Hotel Gran Aomori, a conversar», confesó Anita Alvarado.
Sobre la personalidad de Yuji Chida, la madre de 9 hijos manifestó que: «Él era muy especulador. Andaba con buenas pintas, relojes caros, zapatos elegantes y daba propina hasta por si acaso, cosa que no se acostumbra en Japón. Y la primera vez que salimos de día, me llevó a comprar ropa. Me vestí de pies a cabeza».
«Yo era el puente para que tuviera casas, propiedades, empresas, lujos, porque me traspasaba fondos a mí y así sus estafas podían pasar inadvertidas. Pero fui más rebelde de lo que él pensaba. Yuji Chida se equivocó conmigo: yo no era la geisha que él pretendía», aseguró la geisha chilena sobre el escándalo del japonés.
Sobre las agresiones que recibió Anita por parte del empresario está respondió: «Me defendía, me paraba de uñas. Era muy celoso y no me dejaba compartir con mi familia (…) Él se quedaba a lo más quince días, y en esos días a mi pequeño lo mandaba a donde mi mamá. Y listo. ¿Con los amigos? ¡Horrible! Yo no podía invitar a nadie porque ponía mala cara”.