Durante la transmisión del matinal Aquí Somos Todos, la animadora Priscilla Vargas comentó un tenso momento que experimentó con sus hijas. Esto, a raíz de una historia que llegó hasta el espacio televisivo sobre una madre, Javiera, de dos niños. La cual en ocasiones, se encierra a llorar en el baño.
Sobre esto, Javiera comenzó comentando: «De repente las mamás estamos sobrepasadas como mujeres, mamás, trabajadoras, emprendedoras. Yo soy emprendedora. Entonces también uno se colapsa», reveló. Sacando en vivo el estrés por el que pasan muchas madres trabajadoras que deben sacar adelante a sus hijos.
En adición a esto, Javiera agregó: «Lo que pasa es que de repente los niños no hacen caso, aunque tú les digas. Se ponen a discutir entre los dos (…) Entonces cuando estamos desbordados con trabajo, los niños y no tenemos a nadie que nos ayude con esas cosas, decimos, ya a ver, respiramos, hay que hacer aseo, bañar a los niños, acostarnos. Le decimos a los niños y ellos dicen ‘no, no, no», señaló.
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El momento que vivió Priscilla Vargas con sus hijas
A raíz del relato anterior, Priscilla Vargas reveló: «Te voy a decir una cosa, Javiera. Tengo niñas de 15 y 13 años, y yo soy súper buena onda. Tengo mucha paciencia, pero llega un minuto en el que se me colma la paciencia y puede salir lo peor de mí», lanzó.
En adición, Priscilla Vargas contó: «Voy a buscar a una al colegio, la llevo al dentista, porque ella está de cumpleaños hoy y quería estar sin frenillos. Voy a buscar a la otra que se le ocurrió ir a la casa de una amiga. En el regreso dicen ‘es que queremos comer comida chatarra’. Cuando estoy en la fila de la comida chatarra, siete de la tarde, sin haber almorzado y haber trabajado durante todo el día, le digo ‘va a llegar un pedido del súper, ¿quién va a ir a buscar el pedido y quién va a sacar al perro?’. ‘No, que ella vaya’, dicen», afirmó.
La decisión que tomó la animadora tras el altercado con sus hijas
Luego, Priscilla Vargas continuó su relato: «Me entregan el pedido de la comida chatarra, me pasan las bebidas, les pido que alguna me la lleve y dicen ‘no, que la lleve ella’. Ahí me entra la indiada, me toma la ira. ¡Todo no!, ¡que esto!, ¡no, que ella!… Mejor hubiese tenido un hijo’, imagínate lo que dije», confesó.
Para cerrar, Priscilla Vargas dijo: «La próxima vez que me digan que no, no les voy a soportar ninguna cosa, no me pidan nada», concluyó con su historia sobre el tenso momento que pasó con sus hijas. Añadiendo que: «Yo iba manejando con ira, me fui callada a la casa. Después se organizaron entre ellas, agarraron los pedidos del supermercado, la otra fue a sacar al perro. Yo como no hice nada, de repente veo la mesa puesta, la comida chatarra adornada en la mesa y una copa de espumante… Debe haber sido una catarsis de dos minutos, intenso. Me dolía la garganta. Fue sin garabatos, subí harto el tono, pero quedaron tan peinadas para atrás que nada, lavaron ellas la loza y yo me fui a dormir», cerró.